lunes, 23 de diciembre de 2013

Misa de Réquiem

Que tristes suenan las campanas,
que anuncian esta misa de Réquiem,
hoy cantarán con jolgorio tu muerte,
y un féretro vacío mostrará a quienes no se fíen,
que tú no eres más que un caparazón inerte.

En el atrio el coro santo canta y reza:
"Señor nuestro acoge en tu vientre de eternidad,
a esta alma sacrificada en pos de la vanidad.
Deja descansar en tu reino de sobria pureza,
a esta triste alma la cual a su dueño ya no interesa"

Y yo estoy sentado en primera fila,
admirando esta Divina Comedia tuya,
que si ahora te quiero, que si ahora soy suya,
lloro en soledad la triste y patética perdida,
de una persona en pos de una persona.

Una vez ganaré y mil veces perderé,
pero menos mal que siempre tendré,
el triste y penoso consuelo,
de que siempre ambos sabremos,
que me echas de menos.

martes, 17 de diciembre de 2013

La Soledad en tu Ausencia

No hay mayor pena,
que la soledad que me causa tu ausencia.

La ausencia de tus abrazos,
la falta de tus labios,
la suavidad de tus brazos,
el calor de tus mejillas.

El estruendo de tus gemidos,
el cosquilleo de tus nalgas,
el temor en tus latidos,
la angustia de tus ojos.

La soledad sin tu presencia,
la soledad sin tu voz,
la soledad sin tu mirada,
la soledad en tu ausencia.

No hay mayor pena,
que la soledad que me causa tu ausencia.
Somos idiotas, nena...


viernes, 13 de diciembre de 2013

Mejor sin ti (Me sabe mal)

Me sabe mal no oír tu risa,
ni ver tu pelo moverse con la brisa.
Me sabe mal no ver tus nalgas,
balancearse al son grácil al que andas,
pero no me sabe mal no oír las mentiras,
con las que solo te engañas a ti misma.

Me sabe mal no hablar contigo,
ni pasear los dos bajo el crudo frio.
Me sabe mal no tocar más tu pelo,
y que ya no se escurra entre mis dedos,
pero no me sabe mal dejar a atrás,
a quien tan levemente uso un "jamás".

Me sabe mal no volver a verte,
pero no que no quieras quererme,
Me sabe mal no saber más ti,
pero no que estés lejos de mí.
Y es que no me sabe nada mal decirte,
decirte que estoy mucho mejor sin ti.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Manifiesto (Ginsberg Style) aka Estoy harto.

Estoy harto, saciado, lleno,
hasta la coronilla, hasta la puta polla.

Estoy harto, de que haya injusticias en este mundo;
de que haya pan para pocos y hambre para muchos,
y sed para otros tantos, de mientras aquí,
tiramos el agua como fuera algo infinito.

Estoy harto de que haya ricos y pobres,
listos y tontos, altos y bajos y altibajos;
que unos ganen a costa del perder de otros,
que la felicidades de uno sea desdicha de otro.

Estoy harto de que los ladrones roben,
los políticos mientan, los asesinos maten,
los honestos sufran, los trabajadores madruguen,
de que los sinceros reciban falsedad a cambio.

Estoy harto de que el amor se trate tan trivialmente,
se tire a la papelera en vez de arreglarlo,
de que le peguen, le violen, le insulten,
de que no sea lo sagrado que se merece.

Estoy harto de sentirme tan crónicamente solo,
tan cósmicamente solo, de ser un andrógino,
buscando otra mitad filosófica que te amarga,
que solo seas feliz si tienes quien te la coma.

Estoy harto de luchar, de seguir adelante,
de perdonar, de entender, de comprender,
y no recibir nada más que obstáculos,
que seguir superando para topar con más.

Estoy harto del dolor, del sufrimiento,
de la angustia, de la desesperación,
ajena y propia, lejana y cercana,
mía y tuya, de él, de aquel y del de más allá.

Estoy harto de estar harto, de tener paciencia,
de que se agote, de ser impaciente, de ser,
de querer y no tener, de tener y no poder,
de ver, haber visto y estar a la vez tan ciego.

Estoy harto de perder oportunidades, de que se esfumen,
de tener que solo un camino de mil posibles,
de decidir, escoger, señalar solo una posibilidad,
de la infinidad de cosas que da la vida.

Estoy de harto de la inspiración, que viene y se va,
cuando le da gana y no cuando se busca,
de que sea tan caprichosa como un niño pequeño,
que si no tiene lo que él quiere, llora y solloza.

Estoy harto, de que haya bancos, políticos, policías,
poder y sometidos, libertad y confinamiento,
que siempre haya que pisar y no ser pisado,
o ser pisado y cargar con esa desgracia.

Estoy harto de la venganza, del honor, de lo correcto,
instrumentos inútiles que solo sirven para someter,
para corromper, para dañar, para matar, para separar,
de que sea más importante lo que dicen de ti,
que tu felicidad y bienestar interno.

Estoy harto de las fronteras, de las banderas, de las normas,
de la burocracia, del estado, de la independencia y de la patria,
de ver como hermanos se odian por algo que cuatro ineptos,
han creado para seguir sentados en su dorada poltrona.

Y estoy harto de este poema, de esta prosa, de este chascarrillo
de ser un intento de poeta, músico, escritor, amante, amigo;
así que ahora romperé la métrica y acabaré aquí y ahora.